Cuando llevas un tiempo estudiando, comprendes que todo es energía y el cerebro no es más que una máquina dotada de la capacidad de enviar y recibir energía. Por eso es importante cómo manejamos nuestras emociones y nuestros pensamientos, ya que estos se manifiestan sutilmente en nuestra realidad y pueden tener consecuencias en nuestra vida diaria si no tenemos cuidado.
Una de estas consecuencias se conoce como formas mentales de energía, una conjunción de pensamientos y emociones que flotan e impregnan el aura de su creador y su entorno. Nuestro entorno es muy diferente al que vemos con nuestros propios ojos, así como nuestro cuerpo físico cambia radicalmente junto con las formas amorfas que rodean nuestro cuerpo, emanando sensaciones y provocando efectos en nuestro cuerpo y en nuestro entorno.
La fuerza generada en nuestra mente como pensamientos y emociones se puede enviar a través de nuestro sistema de chakras y aura hacia cualquier lugar y persona. Por lo tanto, si generamos pensamientos positivos, enviamos energía positiva; si generamos pensamientos negativos, enviamos energía negativa.
La mayoría de formas mentales de energía se crean inconscientemente (sin la voluntad del creador). Estas formas mentales de energía pueden percibirse por personas videntes de la siguiente manera: enormes manchas situadas alrededor del aura de la persona (energía negativa) o esferas de luz preciosas (energía positiva).
¿Cómo se crean estas formas mentales de energía? Con el simple hecho de pensar y sentir. Todos estamos rodeados por formas mentales de energía, pero la cualidad de éstas dependerá del tipo de vibración de nuestros pensamientos y emociones. También condiciona mucho el tipo de personas que se acerquen a nosotros, ya que una persona rodeada de formas mentales de energía negativa estará rodeada de personas con la misma vibración baja y pensamientos negativos.
Este proceso del que hablo en el anterior párrafo se conoce como “campo de radiación psíquica”. La calidad de pensamientos y emociones generan un campo de radiación psíquica alrededor de la persona que afecta a su entorno y a los demás. La mayoría de personas con problemas con energías negativas suelen tener campos muy densos. Estos campos también pueden quedarse en los lugares donde la persona realiza actividades: trabajo, estudios, casa, etc. Incluso en su ausencia, el lugar continúa impregnado de “contaminación psíquica” que afectará a las personas y seres que estén en dichos lugares.
El verdadero peligro de las formas mentales de energía no son los campos, sino las entidades de pensamiento. Las personas generamos emociones y pensamientos, pero si repetimos este pensamiento continuamente: el pensamiento adquiere la densidad energética suficiente para convertirse en una entidad de pensamiento. Estas entidades de pensamiento tienen un cierto nivel de conciencia e independencia, pero estas entidades siempre están vinculadas a su creador (al menos durante un largo tiempo).
Estas entidades de pensamiento suelen comenzar a nacer a la altura de nuestra nuca y, con el paso del tiempo, crecen siempre pegadas a la nuca de su creador. Cuanto más crezca la entidad de pensamiento, más peso sentirá el creador y puede tener dolores de espalda recurrentes e incluso caminar algo encorvado, aunque suelen ser casos excepcionales.
Las entidades de pensamiento necesitan alimentarse y ese alimento siempre serán nuevas emociones y pensamientos de la misma vibración que la suya. La entidad se adhiere como una garrapata al creador, pero puede alimentarse de las emociones de las personas alrededor del creador e incluso engancharse a otras personas que estén junto a su creador y tengan la misma vibración energética durante el tiempo que pasen juntos.
La entidad de pensamiento es capaz de enviar una señal a su creador: las emociones generadas por dicha entidad de pensamiento. Por lo tanto, si la persona tiene una entidad de pensamiento de ira, él o ella se sentirá enfurecida sin motivo alguno. Así la persona seguirá generando ira continuamente y la entidad de pensamiento pegada a él o ella podrá alimentarse indefinidamente.
Son muchos los tipos de entidades de pensamiento. Cuando alguien hace daño, la persona siente una emoción determinada. Pasa el tiempo y esa emoción desaparece, pero después de unos días la persona se encuentra con un amigo que ha sufrido algo similar y esa emoción que desapareció vuelve a resurgir y él o ella vuelve a sentirse como ese día. Esto ocurre porque la entidad de pensamiento generada y creada por los pensamientos ha quedado anclada en la estructura energética de la persona a la espera de una oportunidad para manifestarse de nuevo.
Lo mismo ocurrirá cuando conectemos con una persona cargada de entidad de pensamiento en su aura. Si la persona vibra en la misma frecuencia que alguna entidad de pensamiento a su alrededor, él o ella será invadido por dicha entidad de pensamiento y comenzará a sentirse mal. Esto también puede ocurrir con las vibraciones positivas, por supuesto.
Como he mencionado antes, existen muchas entidades de pensamientos, aunque las más habituales son las siguientes:
- De pensamiento debilitador. Ocurren cuando se piensa mal de otras personas, habla mal de alguien e incluso criticamos o menospreciamos a las personas constantemente.
- De pensamiento agresivo. Se generan cuando alguien se obsesiona en conseguir un objetivo y hace cualquier cosa por conseguirlo.
- De pensamiento snob. Aparecen a causa de la inseguridad, al menospreciar a los otros haciéndoles sentir dolor, para sentirnos superiores a los que nos rodean.
- De pensamiento esclavizante. Capaces de anular la voluntad de las personas y someterlas a la voluntad de su creador. La víctima de las entidades de pensamiento se obsesiona y siente el deber de hacer todo lo que el creador de la entidad desea. Dichas creaciones suelen ser involuntarias la mayoría de veces.
- De pensamiento violento. Aparecen cuando hay reyertas o altercados violentos. Sin embargo, estas entidades suelen estar alrededor de una persona cuando esta tiene sueños recurrentes llenos de violencia donde mata o daña físicamente a alguien. Los sueños pueden ser una fuente de información muy importante para saber cómo se encuentra cada uno de nuestros cuerpos (cuerpo físico, emocional y mental). Especialmente durante la noche, ya que cualquiera de nuestros cuerpos suele ser más vulnerable y fácil de penetrar para cualquier energía negativa.
No obstante, el peor tipo de entidad de pensamiento son aquellas creadas conscientemente. Gracias al uso de rituales, oraciones o invocaciones es posible crear estas entidades y utilizarlas para el beneficio propio. Normalmente se suele asignar una misión concreta a las entidades de pensamiento creadas conscientemente. No todas las entidades creadas conscientemente deben ser negativas, ya que en algunas ocasiones se crean para proteger a la persona durante un viaje largo, ayudar en el proceso de una enfermedad dolorosa o cuidar un lugar como una casa.
Es importante comprender que las entidades de pensamiento no tienen porqué ser todas negativas, sino que el problema es el creador de la entidad y la intención durante su creación. Por ejemplo, las apariciones de santos, espíritus o ángeles son ocasionadas por la energía creada por los fieles religiosos. El hecho de ver una figura concreta ocurre porque la persona visualiza la forma de su santo favorito. La energía, en este caso la entidad de pensamiento, se manifestará ante nosotros a través de una forma familiar que la persona pueda reconocer con facilidad. Nada se manifestará ante nosotros con una forma desconocida, sino que siempre tendrá algún elemento sencillo de comprender.
En algunos párrafos anteriores, he mencionado en qué lugar de nuestro cuerpo crecen estas entidades negativas. Además, también se ha hablado sobre la temporalidad de estas entidades unidas a nosotros. Esto ocurre porque algunas entidades de pensamiento consiguen independizarse de su creador y vagar por el astral cumpliendo su misión hasta que alguien las devuelve a su origen. Por lo tanto, es posible que una entidad de pensamiento vague libremente y vaya alimentándose de personas distintas a su creador en un lugar distinto donde nació.