Neptuno es el regente de Piscis (recordemos que desde el punto de vista de la Astrología Moderna), exiliado en Géminis y Virgo, exaltado en Leo y en caída en Acuario.
Muchos astrólogos dicen que Neptuno no es parte de nuestro sistema solar, ya que es el último planeta de un sistema solar fronterizo. Aunque no se considera un planeta en nuestro sistema solar, Neptuno tiene efecto en nosotros y debe ser considerado.
Como Urano, Neptuno vibra a una frecuencia más alta que el resto de los otros planetas, por lo que las “pulsaciones” de Neptuno desintegran tanto como las de Urano. Neptuno nos brinda conocimiento intelectual, y su posición en nuestra carta natal y los aspectos con los otros planetas indica si la persona está preparada para recibir ese conocimiento.
A través de Mercurio, podremos conocer la naturaleza de Neptuno. Este último será el que nos revele la ley de “arriba”: Neptuno nos revela el conocimiento espiritual, acercándonos al ser superior, al que algunos llaman Padre. La luz de Neptuno, junto con la de Urano, pone en movimiento las funciones de nuestro tercer ojo para contemplar las realidades superiores.
Los astrólogos han atribuido a Neptuno la fuerza de Piscis, junto con Júpiter. La sutil relación entre Neptuno y Piscis viene dada por las siguientes circunstancias: Piscis es considerado el signo del hombre (“el último será el primero”) y, siendo un signo que da la bienvenida a los espíritus virginales (en ese momento, durante la creación del universo, éramos espíritus virginales), Neptuno encaja dentro de este signo.
Las características principales del planeta son la espiritualidad y todo lo sutil. Neptuno tiene un aire juvenil, casi fantasioso en algunas ocasiones, y esta última suele ser muy característico de las personas que tengan una presencia potente de Neptuno en su carta natal.
En la casa donde se encuentre Neptuno es donde la intuición y los sueños (que no objetivos por cumplir) tienen gran importancia. Incluso pueden ser esos temas donde soñemos o fantaseemos en exceso y, en consecuencia, las desilusiones pueden estar al orden del día. La lógica y el realismo, especialmente si hay malos aspectos, pueden ser nulos.
Un Neptuno bien aspectado otorga mucha intuición e iluminación espiritual. La compasión también está presente en este planeta.
Los malos aspectos de Neptuno convertirán al individuo en una persona extraña, de otro planeta, y le puede dar una apariencia excéntrica y fuera de lo común. Además, estas personas pueden tener una relación íntima con el engaño, la culpa o las adicciones. Ciertos aspectos fuertes (conjunción) o negativos (oposición o cuadratura) con Neptuno pueden dar lugar a las adicciones típicas (por ejemplo, una conjunción de Venus-Neptuno puede inclinarte a la adicción alcohólica) o ciertas enfermedades mentales.
Como ocurría con Urano y ocurrirá con Plutón, Neptuno también es un planeta generacional y se compartirá el mismo signo con aquellos que hayan nacido en la misma generación que nosotros.
Por eso, nuestro Neptuno habla de:
- nuestra capacidad de trascender el yo futuro,
- cómo nos afectan los sueños, las ilusiones y la espiritualidad.
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