Os recomiendo echar un vistazo a una pequeña introducción sobre la Luna.
La individualidad es muy importante para una Luna en Leo. Aun perteneciendo a un grupo, estas personas disfrutan de destacar por cualquier motivo. Las mujeres de la familia se sentirán fascinadas por aquellos y aquellas a las que ellas consideren especiales y, con el bebé en su vientre, la madre puede crear expectativas que espera que su hijo cumpla cuando nazca.
Esta Luna es típica en hijos únicos o hijos muy esperados por los padres. También en hermanos mayores. Estos nativos pueden llegar a ser los favoritos de la familia o un familiar con un peso importante. Por lo tanto, si no hay aspectos complicados a tener en cuenta (como un Ascendente en Capricornio, un Saturno en Casa 4 o un Sol en Casa 10, etc.), el niño tendrá una posición preferencial desde el nacimiento por parte de sus padres. En caso de que sí hubieran estos aspectos, la adoración hacia el niño provendría de otros familiares, como tíos, abuelos, primos, o de personas externas que hagan ese rol materno como profesores, niñeras...
En algunas ocasiones, una Luna en Leo puede tener familiares o antepasados con cierto poder (social, económico, de cualquier tipo), un estatus social envidiable o pertenecientes a la aristocracia.
Durante el embarazo, la madre pudo necesitar que toda la atención se centrara en ella. Cuando ese bebé nace, siempre tendrá alguien a su alrededor para otorgarle la atención que necesite, ya sea su madre u otra persona. Es posible que muchas personas a su alrededor, especialmente durante la infancia, se refieran al niño o a la niña como reina, rey, príncipe, princesa... Siempre destacando cualidades relacionadas con el signo en forma de apodos cariñosos y adjetivos o halagos.
En algún momento, el nativo sentirá que los halagos no demuestran el suficiente afecto que él o ella necesita y le pueden parecer insuficientes. Para comprender esto, recojo el ejemplo que encontramos en El refugio de la memoria de Eugenio Carutti:
“El padre de una niña con Luna en Leo sale a caminar con su hija por el campo y decide tomar fotos a la chica. Algo muy común en los padres de esta Luna: tener un montón de álbumes o fotografías de sus hijos. Durante todo el día sacan fotografías de la niña hasta que el padre decide hacer una foto de la puesta de Sol porque el paisaje le parece hermoso. El momento en que desvía la cámara, la niña enfurece y recrimina a su padre sin detenerse hasta que éste vuelve a centrar su atención y la sesión fotográfica en su hija.” (pág. 71)
Esto les ocurrirá a medida que se vayan haciendo mayores y aparezcan otras personas, dentro o fuera de la familia, que les harán comprender que ellos no son la única luz.
Es una Luna con un sufrimiento particular porque siempre sentirá que la gente no la valora adecuadamente porque no puede ser el centro de atención o obligar a los demás a hacer lo que él o ella quiere constantemente. Es fundamental que estas personas se sientan admiradas e importantes en todas las relaciones que tienen, pero esto es imposible de cumplir las veinticuatro horas del día y, si el nativo no cuenta con una Luna lo suficientemente trabajada y madura, puede estar provocando berrinches o momentos incómodos cada vez que no se sienta el centro de atención.
También pueden ocurrir otros escenarios con esta Luna. En algunas familias, la madre tiene un poder tan abrumador, que el nativo la ve como una madre insoportable que le obliga a ser y hacer lo que ella dicta sin darle el lugar que su hijo merece y, de una u otra forma, el nativo se siente desvalorizado por su madre. Como respuesta a esa desvalorización, el hijo o la hija, termina convirtiéndose en lo que su madre detesta en vez de seguir sus deseos. Por lo tanto, la valoración tendrá un papel fundamental en lo que este chaval o chavala comprenderá como seguro y afectuoso: aquellas relaciones donde se sienta valorizado como merece se convertirán en su fuente de seguridad y afecto.
Cuando esta persona no se sienta valorado o excepcional, ya sea en un lugar o relación, se sumirá en una gran inseguridad. Es probable que busquen ser “elegidos” allá donde vayan para experimentar la excepcionalidad que tanto buscan. De esta manera, el nativo se siente especial para la persona, el puesto o el lugar que lo ha elegido, aunque esa no sea la realidad y él o ella misma hayan forzado esa situación de elección. En otras ocasiones, esa elección puede no haber ocurrido, pero ellos haberlo sentido así.
¿Qué ocurre en el momento en que no se sienten valorados? Darán rienda suelta a los desaires. Sentirá que las personas no lo tratan como merece y nadie le da el lugar que le corresponde. Si siempre ha sido la persona más llamativa, ¿por qué no lo sigue siendo fuera de casa? El nativo puede responder de maneras distintas:
- Desafiante y criticando a la persona que no le otorga esa atención; apartándose del foco y sintiéndose rechazado.
- Reafirmando su posición ante los que le hayan incomodado.
Cuanto más insegura se sienta esta Luna, más intentará acaparar la atención de todos para que estos le den la respuesta que busca.
De la misma manera que una Luna en Cáncer es muy susceptible, una Luna en Leo lo es a la ofensa. La indiferencia puede ser uno de los peores “ataques” para esta Luna. Recordemos cuánto hemos hablado de la adoración y la valoración como fuente de seguridad, así que la indiferencia es, sin duda, lo peor para estas Lunas.
No obstante, debemos recalcar cuán complicada puede ser este posicionamiento lunar. La Luna en Leo separa al nativo de las personas cuando más las necesita: el nativo requiere de ese refuerzo exterior que le recuerden cuán especial es y, al no recibirlo, se siente rechazado y se refugia en las personas o lugares donde sí se siente valorado.
La misma Luna en Leo puede no comprender sus propias acciones. Es un signo de fuego y tenemos que tener presente la impulsividad con la que cuentan dichas posiciones. Dependerá de cómo esté organizada la carta de la persona en cuestión para saber si esa impulsividad es más o menos intensa a causa de otros posicionamientos. En el caso de la Luna en Leo, el sufrimiento está relacionado al creer que afecto y adoración son lo mismo y que, por lo tanto, van de la mano. Si no hay adoración, no hay afecto.
El consejo para esta Luna es abrirse a los demás y descubrir que no recibir admiración no es sinónimo de ruptura, desvalorización o desamor. También deberemos tener en cuenta en qué Casa se encuentra esta Luna porque esa fuerza leoniana puede verse más o menos intensa.
Como hemos visto en las Lunas anteriores, aquí también trataremos la diferencia entre un Sol y una Luna en Leo. Las personas con Sol en dicho signo llaman la atención de manera natural sin sentirlo como una necesidad para sentirse seguras. Les gusta ser adorados, llamar la atención, y probablemente busquen esa adoración como una cualidad presente en todas las personas con las que comparten su vida. Sin embargo, y aunque sea algo natural o inconsciente, el Sol en Leo sí hace cosas para ser el centro, mientras la Luna no hace nada porque cree que no es necesario, sino que todos la adularán espontáneamente. Esto ocurre porque estos nativos sienten que para ser queridos deben ser valorados de manera especial, diferente a los demás, y cuando son tratados como cualquier otra persona o ignorados, sienten que no les quieren.
Es probable que estas personas, independientemente del tipo de relación, quieran tener un lugar privilegiado y que los demás también lo noten. Por ejemplo, un novio con este posicionamiento querrá que su novia deje en claro que él es su novio, ya sea dándole un trato preferencial, cogiéndole de la mano únicamente a él o sentándose a su lado aunque estén yendo a comer con un grupo de amigos que conocen desde hace años. También será así con sus amigos y, si son amigos a los que considera especiales, puede ser incluso él quién remarque cuán amigos son. Especialmente si aparece una nueva persona en el grupo.
Al convertirse en padres, trabajarán arduamente para que sus hijos sean los más brillantes y destaquen en algo. La Luna en Leo busca ser el mejor en algún ámbito de su vida y, por ello, que sus hijos sean igual de exitosos que ellos será un objetivo. Si estas personas no consiguen el éxito que han planeado, si sus proyectos de futuro no se cumplen, se deprimen y se aíslan durante un tiempo.
Una Luna en Leo puede confundirse como alguien altivo u orgulloso. Al percibir que los otros no comprenden sus necesidades afectivas, se muestra más y más orgulloso y, sin ser consciente la mayoría del tiempo, pueden llegar a despreciar al otro. Pueden pasar mucho tiempo creyendo que nadie les entiende, pero su actitud defensiva les convierte en alguien irritante y desconcertante. Lo que los otros no son capaces de ver es que esa reacción es una súplica de afecto y que la persona orgullosa e irritante no es más que alguien que está pidiendo cariño.
Son seres muy románticos y querrán enamorarse y estar en una relación por ese deseo de sentirse adorados. Para estos nativos su vida romántica es importante y, si no tienen aspectos negativos o una Casa 5 o 7 mal aspectada, pueden tener una vida amorosa exitosa. A un nivel de pareja, que las personas con Luna en Leo sean las dominantes en la relación. Deben tener cuidado, ya que pueden crear un sentimiento de inseguridad en su pareja que se sentirá menos que ellos. Incluso es común que la pareja de la Luna en Leo tenga cierta dependencia del nativo.
Recordemos qué dijimos sobre el signo de Leo. Se considera a este signo como el maestro del Zodíaco. Son personas organizadas y, como disfrutan de ser el centro de atención, también disfrutarán estando frente al público. También son nobles y protectoras y tienen un sentido de la dignidad enorme y no dejarán que nadie les pase por encima. Las personas con una Luna en Leo pueden ser mucho más orgullosas y dignas que una persona con Sol en Leo.
Esta Luna debe disfrutar de expresar sus habilidades y, en general, hacer las cosas sin esperar el reconocimiento de nadie. Deben aprender a hacer todo porque ellos así lo desean y porque sienten que es lo que les hará felices.
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