jueves, 27 de enero de 2022

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Luna en Aries

Os recomiendo echar un vistazo a una pequeña introducción sobre la Luna.

Antes de empezar a hablar sobre la Luna en Aries, tendremos en cuenta en qué posicionamientos astrológicos, así como otros elementos, puede aparecer dicha Luna:

Los nacidos con Luna en Aries nacen con una energía de acción que les hará tener una gran autonomía y capacidad de iniciación en cualquier tipo de situación. Las personas alrededor del infante, especialmente las figuras maternas y el hogar, tendrán esa misma energía, así como la agresividad tan característica de esta Luna.

Hablemos sobre un elemento muy importante para las Lunas: la figura maternal o la madre. En otros casos, como una Luna en Casa 8, la figura de la abuela puede ser fundamental para comprender al nativo. Por lo tanto, deberemos tener en cuenta la casa donde se encuentra nuestra Luna. Por el momento, aquí sólo hablaremos sobre la Luna en Aries, pero aquellos que tengáis la Luna en Casa 1 (casa ariana) podéis encontrar puntos con los que os sintáis identificados. 

Una persona con Luna en Aries tendrá una madre llena de energía y decidida, algo mandona e impulsiva, muy asertiva y, en algunas ocasiones, imperativa. Su hijo se sentirá obligado a adaptarse a las situaciones que su madre crea, así como a sus decisiones y deseos. La madre tiende a decidir por el niño con tanta rapidez que no deja que el niño dé su opinión o pueda cuestionar su decisión.

La madre puede ser alguien invasivo y, retomando el tema de los “deseos”, expresar esos deseos que su hijo debe cumplir, aunque también pueden sentirse como obligaciones u órdenes, como “quiero que hagas esto”, “haz lo que te dice tu madre”, “hazlo inmediatamente”, etc. Como hemos dicho antes, la madre será dominante, pero en ningún caso manipuladora, a menos que haya ciertos aspectos o planetas en signos de agua, sino honesta y directa en palabras y gestos. Dependiendo de la relación y situación del hijo o hija, las palabras y los gestos de su madre pueden o no herirlo.

El infante sentirá que no tiene poder de decisión o autonomía durante los primeros siete años de su vida. La madre es quien toma las decisiones. El hecho de vivir con esa energía ariana, en figuras maternales y en su hogar, hará que el niño o la niña se sientan agredidos incluso allí donde buscan refugio. Esta situación de agravio se volverá, con el tiempo, algo normal y puede ser el ambiente en el que se sienta más cómodo. En su hogar, o en los brazos de su madre, no encuentra calma, sino tensión, agresividad y represión. ¿Cómo conseguirá deshacerse de esa tensión? Enfrentándose al origen: su madre. El niño o la niña luchará para deshacerse de esa sensación de invasión de manera enérgica o agresiva: pataletas, gritos, ataques verbales o físicos... todo lo que pueda ser efectivo para que la fuerza invasora de la madre desaparezca. 

El infante se limitará a defenderse con la misma energía con la que ha sido atacado. Si la madre actúa exaltada, el niño o niña se defenderá con la misma exaltación. Sin embargo, aunque la defensa pueda ser agresiva, él o ella no quiere hacer daño a la madre o figuras maternas, sino que se defiende de la única manera que sabe. El dolor ajeno no es un objetivo para la Luna en Aries, así que hacer daño no está entre sus planes, simplemente han aprendido a defenderse de esta manera. Es un reflejo de la actitud de su progenitora.

En el hogar de estas personas, las peleas y los gritos pudieron ser constantes, ya fuera entre sus progenitores, hermanos, padres e hijos... La actividad, el movimiento físico, dentro del hogar familiar es repetido (los padres pueden ser deportistas o disfrutar del deporte) y pueden acontecer cambios de mobiliario o reformas de manera insistente. Este punto, además, puede ser común en personas que tengan a Aries en Casa 4. 

Durante el embarazo, la madre pudo vivir situaciones agresivas o pertenecientes a la temática ariana (Aries) y marciana (Marte, regente de Aries): quemaduras, cortes, golpes, caídas o situaciones que repercutieron en su físico. Las vivencias de la madre durante el embarazo son registradas como propias por el niño y, de esta manera, el infante puede vivirlas durante la infancia (una repetición hasta los siete años): el niño caerá, se dará golpes, será propenso a quemarse o hacerse daño físicamente. 

Dejando a un lado la figura maternal, estas personas pueden confundir su actitud reactiva con ser personas activas. La Luna en Aries es alguien reactivo que no sabe cómo adaptarse a circunstancias agitadas prolongadas en el tiempo. Tomar decisiones a largo plazo es complicado, ya que la continuidad no está entre sus puntos fuerte. La impulsividad (sin pensar en las consecuencias) y tomar decisiones a corto plazo sí lo son, ya que esta Luna está más direccionada a la acción que no al sentir o razonar. 

Desde la infancia, a causa de sus vivencias con su madre y en casa, el niño o niña sentirá que cuánta más iniciativa tenga y mejor pelee, nadie podrá ejercer control sobre él o ella. En algún momento, probablemente durante la adultez, la Luna en Aries encuentra seguridad en mantenerse ocupado todo el tiempo y, de esta manera, no permitir que nadie invada su espacio personal. Como está siempre ocupado, la gente no podrá invadirlo porque él o ella no lo permitirá por las tareas que acumula. Esta actividad ininterrumpida no permite prestar atención a otros, pero siempre estará a la defensiva y atacará a la mínima que se sienta agredido. La Luna en Aries entenderá que la iniciativa le proporciona seguridad y no tenerla implica invasión de otra persona que tomará las decisiones por él o ella. 

El intercambio afectivo con estas personas puede ser complejo. La mayoría comprenden que si no hay conflicto, tampoco hay afecto en la relación. La manera de demostrar afecto de estos nativos puede ser la siguiente: invadir al otro, hostigarlo (las típicas bromas que parecen más ataques que bromas), hacer cosas continuamente con esa persona... Lo fundamental es que la energía de ambos sea la misma, ya que, de lo contrario, la Luna en Aries se siente insegura y provocará situaciones para recibir la energía deseada. Es posible que internalice como afectivas situaciones como discusiones o peleas. Por lo tanto, si su pareja nunca discute con ellos, pueden pensar que no los quieren.

Aunque anteriormente hemos comentado que esa situación de invasión es hostigadora para el nativo, también puede considerarse como algo afectivo porque así era como su madre cuidaba y quería al hijo. Por esta razón, cuando no haya confrontación en la pareja, la Luna en Aries puede sentirse vacía. De esta manera, un compañero o compañera que le permita tomar decisiones libremente o no imponga su deseo sobre él (“quiero que hagas esto por mí”), le obligará a ponerse en contacto con el presente y trabajar su campo emocional. Sin embargo, esto no es para nada familiar para el nativo, que provocará a la otra persona tomando decisiones a última hora o invadiendo y siendo desconsiderado con dicha persona para que ésta responda tan exaltado como la Luna en Aries haría y, de esta manera, el nativo retorna a la situación que encuentra familiar. No importa si lo familiar es conflictivo, ya que la Luna se siente más cómoda ahí.

Como ocurre con la mayoría de Lunas, esta persona se queda estancada en el pasado y actúa en el presente de manera automática (hábito) usando lo aprendido de sus figuras maternas. El presente no trabaja con las lunas, sino el pasado porque, como se comentó en la introducción, la Luna trabaja con la memoria, el pasado.

Al encontrarse en el elemento fuego y el signo de Aries, la energía es totalmente masculina, la polaridad es masculina, y la acción, toma de decisiones y el mundo exterior son fundamentales (características típicas del arquetipo masculino). Esto se traducirá en personas en constante movimiento (actividad física) o que siempre están alerta e irritadas con todo y todos. Todo el día resoplando o irritado cuando alguien invade su espacio persona porque siente que todo el mundo quiere algo de ellos.

La Luna en Aries puede sentir que a su alrededor sólo existen personas que no le dejan en paz. Siempre hay alguien que le invade su espacio personal. Por ello, el nativo estará evitando la actitud de su madre, o figura materna, y tomará la iniciativa en todo, impondrá su deseo personal antes de que alguien lo haga, etc.

Este último punto es interesante. Una Luna en Aries puede tener problemas para descubrir sus propios deseos porque desde pequeño ha estado oponiéndose a los deseos de los demás sin prestar atención a lo que él o ella realmente deseaba. Su madre le decía que quería “negro”, pues él hacía “blanco”, pero a lo mejor deseaba hacer “azul” y por imponerse a su madre dejaba de lado su deseo personal. Esto ocurría porque la personalidad del niño estuvo condicionada por la presencia de otra figura a la que se oponía todo el tiempo. Muchos niños con esta posición lunar, además, pueden haber tenido una madre competitiva incluso con ellos mismos. 

Una de las tareas para una Luna en Aries es conectar con sus deseos y necesidades personales. Es importante que comprenda que, cuanto más luche contra los demás, más dependiente se volverá de esos a los que se enfrenta para definirse a sí mismo. Porque, cuando no haya nadie a quien enfrentarse, ¿cómo será capaz de ser independiente? La Luna en Aries debe aprender a conocerse y no sólo centrarse en su lado reactivo.

Por otro lado, también puede necesitar sentir la espontaneidad en su vida diaria. Por eso, suelen hacer planes espontáneos y evitar sentir que el otro decide por ellos. Esta Luna necesita tener la sensación de poder hacer lo que quiere y cuando quiere, así que no planifica absolutamente nada y va resolviendo los problemas a medida que estos aparecen.

Una Luna en Aries puede tener problemas para relajarse a la hora de socializar con los demás. Esto ocurre por su hábito de estar alerta permanente y no permitir que nadie se imponga sobre él. Esta tensión puede hacer mella en algunas personas con esta Luna, ya que terminan adoptando una rigidez corporal, en concreto en momentos en los que deben rodearse de personas. No obstante, es importante volver a recalcar la importancia de otros aspectos o posicionamientos planetarios que pueden suavizar o empeorar esta serie de características. Al mismo tiempo, puede haber guardado en su interior el resentimiento y la irritación de muchos años y exteriorizarla con sus palabras o gestos. 

Cuando una persona con este signo lunar expresa algo con franqueza, nos hostiga o busca llamarnos la atención por cualquier cosa, seguramente esté intentando mostrarnos afecto. Recordemos que, en su mayoría, estas personas muestran afecto con cierta “agresividad” y esto puede provocar que los otros describan a estas personas como desconsideradas.

La soledad puede ayudar a la persona con Luna en Aries, ya que es en esos momentos de intimidad donde se sentirá libre de cualquier ser que le recuerde a su figura materna u otras que lo asfixiaban. Sin embargo, estas personas pueden tender a relacionarse con personas hiperactivas que no les permitan estar en silencio o como ellos desearían. Alguien con esta posición lunar necesita libertad o, al menos, delimitar su espacio personal allá donde va. 

Son personas que necesitan tener la iniciativa y, si se rodean de alguien con más iniciativa que ellos, se sentirán dominados de alguna u otra forma. Esto puede hacerles rememorar las vivencias con esa madre intrusiva. 

Las situaciones que vivirá esta persona están llenas de actividad, especialmente corporal, agresividad y, en algunos casos con ciertos posicionamientos de otros planetas, violencia física o verbal. En algunas ocasiones, esta persona sentirá que el mundo no le permite crecer porque constantemente tiene que tomar decisiones y adelantarse a todos. Por ello, cuando lleguen a la adultez, las Lunas en Aries simplificarán todo en exceso. Esto puede ayudarles a solucionar problemas con rapidez, pero su mundo emocional tendrá esa simpleza y poca importancia también.

La Luna en Aries permite a la persona ser dinámica, práctica y resolver los problemas sobre la marcha. Incluso pueden ser más eficaces que un Sol en Aries, pero a diferencia de estos, la Luna en Aries tendrá cierta dependencia en la aparición de problemas o estar ocupado constantemente para sentirse seguro.

Recordemos que la influencia lunar no está presente todo el tiempo, también la infancia suele estar más marcada por la luna que otras etapas de la vida, pero aparecerá cuando el individuo se sienta en peligro. Las características típicas de la Luna se activarán y guiarán a la persona porque lo que nos protegió en la infancia seguirá haciéndolo en la adultez.

Las personas con Luna en Aries pueden tener problemas con las figuras femeninas o enfrentarse a lo femenino. Esto ocurre tanto a mujeres como hombres con este posicionamiento:

  • Una mujer se defenderá de manera “masculina”, tal y como lo hacía de pequeña contra su madre. Pueden ser hostiles con otras mujeres o creer que las otras mujeres las atacan. 
  • Los hombres con esta Luna pueden tener un miedo inconsciente a las figuras femeninas. Desde pequeño sintió que la madre (figura femenina) quería dominarlo y, por lo tanto, relaciona lo femenino con algo intimidante y que le quita libertad. El miedo a las mujeres está más presente en los hombres que tienen aspectos negativos (oposición, cuadratura) entre Luna y Marte, ya que lo femenino le atemoriza y atrae.

Estos nativos pueden conocer repetidamente figuras femeninas agresivas. En otros casos, pueden sentir que, sin saber cómo, siempre hacen enfadar a las mujeres a su alrededor. 

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