jueves, 20 de enero de 2022

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Sol en Leo

Los signos de fuego son portadores de energía, acción, dinamismo, entusiasmo, poder organizador, movilidad y afán de lucha. El atributo principal de la tríada de fuego es la voluntad.

Todas aquellas personas que tengan algunas de las características que aparecen en la tabla pueden sentirse más o menos influenciadas por la fuerza de Leo y, por lo tanto, sentir como suyas algunas de las conductas de las que se hablarán durante el post.

Leo es un signo fijo, un signo interiorizador de energías, y el segundo de fuego. En el Zodíaco, Leo es el quinto signo por detrás de Cáncer. En Aries, el impulso espiritual nos empuja a accionar, pero en Leo la energía entra en nosotros y creamos en nuestro interior el sitio donde crecerá la semilla plantada por Aries. De alguna u otra forma, Leo guarda en su interior el designio, como si estuviera preñado, y siente la obligación de serle fiel.

En esta fase, el leoniano tampoco es consciente del designio divino que guarda en su interior, pero siente que debe ser fiel a sus principios y que la obediencia es fundamental para evolucionar. Si actúa siguiendo el principio que vive dentro, el leoniano será un actor que interpreta un guion previamente escrito por la divinidad y será difícil que haga algo diferente a lo establecido.

En la vida terrenal, Leo será el protector de la ley, la moral, las costumbres, las tradiciones, pero al mismo tiempo será un individuo sensible a la novedad y ayudará a que ésta llegue a todo lo anteriormente nombrado. Para muchos entendidos, Leo es el maestro del Zodíaco, y esto puede deberse al estar estrechamente relacionado con dicha característica.

Estas personas son las adecuadas para despertar el afán espiritual, pero no convencen a nadie de nada, simplemente se convierten en las circunstancias para que el despertar ocurra. Sin embargo, el leoniano no tiene por qué sentirse atraído por lo metafísico desde el primer día, sino que dicho interés vendrá precedido por un atractivo por los asuntos públicos, actividades sociales y colectivas, así que el leoniano creará fiestas, encuentros o reuniones donde los asistentes conocerán personas capaces de despertarles algo interiormente. Ese es el cometido del leoniano: conseguir que las personas traspasen sus límites habituales en cualquier nivel de su vida.

Si en Aries hemos dicho que la característica principal es la voluntad, en Leo será la sabiduría impregnada de amor. A nivel social, esta sabiduría se representará a través de virtudes morales con las que cuenta el leoniano.

Los malos aspectos sobre los planetas dominados por Leo son considerados como los peores a encontrar en una carta natal para algunos astrólogos. Estos aspectos negativos alteran el sentido de fidelidad y las personas con estos aspectos pueden convertirse en fieles de un designio impuro. Como se ha comentado antes, los leonianos interpretan un papel entregado por la divinidad, pero si ese papel ya se encuentra corrompido desde el estadio de Aries, la persona Leo será el villano durante toda su vida, siendo complicado hacerlo cambiar de parecer porque esa maldad se encontrará programada en su interior.

Si la persona tiene muchos planetas en Leo o en su Casa 5 se convertirá en una persona obligada a ser fiel a muchas personas o tareas al mismo tiempo, y para servir a uno tiene que traicionarse a los otros. El tener a todo el mundo complacido hará que la persona no consiga complacer a nadie y todo el mundo se volverá contra el leoniano en cuestión. Una persona con muchos planetas en Leo anuncia una vida conflictiva: una persona que interpreta demasiados papeles al mismo tiempo y siente emociones contradictorias por esta causa.

Primer decanato

Si tenemos el Sol en Leo, estos serán los nativos nacidos, aproximadamente, del 23 de julio al 2 de agosto. Este decanato está regido por Marte, regente de Aries.

El leoniano del primer decanato hará trabajos de recapitulación del signo de Aries. Lo más probable es que estos nativos no realizaran los trabajos necesarios del otro signo de fuego y, ahora en Leo, deban concluirlos pero en un momento que no corresponde. Por lo tanto, los leonianos de este decanato recibirán la semilla que no recibieron siendo arianos, aunque puede ser un recibimiento complicado porque Leo no es el signo idóneo para esto. En Leo, la divinidad ya ha penetrado en nuestro interior y se ha enraizado para gestarse y hacerla suya. Sin embargo, aquí el leoniano deberá recibir la semilla, cosa que debió hacer en Aries, y gestarla como trabajo propio de Leo.

A diferencia de lo que ocurre en Aries, el leoniano del primer decanato percibe cuál es su objetivo porque ese designio divino no contiene la pureza que sí tenía en Aries. Esto es una ventaja, ya que el nativo tiene un propósito y un lugar (su interior) perfecto donde trabajarlo. Sin embargo, la influencia de Marte sobre el decanato obligará al leoniano a cumplir con la etapa anterior (ariana) y, aunque esto pueda implicar cierta rudeza por ser Marte, el leoniano seguirá teniendo a su favor cierta suerte que suavizará la fuerza de Marte al ser uno de los signos más cercanos a la divinidad.

Como ocurría en el segundo decanato de Aries, aquí las fuerzas que asisten son la voluntad (ariana), y la sabiduría y el amor (leoniana). La combinación de dichas fuerzas provocan que el nativo lleve su misión como prioridad. Desde el punto de vista social, será una persona fiel a sus ideas, proyectos y personas. En la mayoría de casos, durante la etapa infantil del leoniano, puede sentir un amor profundo por los padres (ya sean biológicos o aquellas personas que vea como unos padres), si no existen malos aspectos. Este amor ilimitado está profundamente relacionado con su padre superior, Dios o el Universo.

Esto les llevará a convertirse en personas fieles que deben guardar secretos que siempre estarán relacionados, aunque ellos no sean conscientes, con la divinidad. La confianza de los superiores, de personas de poder, los encaminará a ser mandatarios. Incluso pueden tener en su interior una sabiduría espiritual que deben cuidar con mimo y responsabilidad. El papel de estos leonianos es mantenerse bajo los superiores, una traducción en nuestro mundo de su sumisión a su Yo superior, y si comprenden esto, sus impulsos serán sus mejores guías.

La lección para los leonianos del primer decanato es interiorizar la existencia de alguien superior que dicta el ritmo de la vida. Ellos, como todos los otros signos, están sometidos a una fuerza mucho más grande. Pero el leoniano tiene un objetivo principal: actuar hacia el futuro de la sociedad a la que pertenece. Por ejemplo, no utilizar pensamientos o ideas ya existentes y lanzarse a la creación de nuevos planteamientos que encaucen a la gente hacia un futuro mejor.

Los aspectos positivos permitirán que no haya problemas en la consecución de sus propósitos. A su vez, los malos aspectos, especialmente cuadraturas con Saturno, Marte o Mercurio, el leoniano tenderá a servir a personas corruptas. Será la persona que comunica ideas erróneas a la sociedad y ésta le cree a pesar de estar encaminándose hacia un camino repleto de mentira, enfermedad y caos.

Si el leoniano del primer decanato forma parte de los mal aspectados, en las siguientes encarnaciones perderá oportunidades que le pertenecen, que son suyas, y optará por robar los puestos que considere superiores, ya que el leoniano se sentirá más que suficiente para ser jefe y sumiso al mismo tiempo.

Segundo decanato

Si tenemos el Sol en Leo, estos serán los nativos nacidos, aproximadamente, del 2 al 12 de agosto. Este decanato está regido por el Sol, regente de Leo.

Los leonianos del segundo decanato son quiénes encaminarán a los demás al descubrimiento de su espiritualidad interior. Gracias a la creación de las circunstancias idóneas que pueden verse como una tierra fértil en la que plantar los propósitos divinos.

Es importante que estos individuos piensen y reflexionen sobre la conciencia propia y la de los demás. El leoniano siempre es mejor cuando se comporta con naturalidad y sin discursos morales, ya que en su interior, en esa naturalidad, ya existe la ética que los demás buscan.

Esta persona debe convertirse en las circunstancias para que los otros puedan despertar su espiritualidad. Por lo tanto, será el típico que deja su casa u otros lugares propios para hacer reuniones en las que la gente encuentre no sólo la iluminación, sino otras personas que compartan el mismo camino.

Esa espiritualidad que reside en el interior del leoniano se manifestará en su vida como un interés por la socialización. El leoniano ayudará a las personas a subir un escalón en su nivel evolutivo. Esta subida no tiene que ser completamente espiritual y encaminar a la persona hacia Dios, sino que puede ser un pequeño empujón que le ayude a iluminarse sin tener que relacionarse con lo divino. El leoniano del segundo decanato debe convertirse en una toma de conciencia, alguien que produzca el nacimiento o renacimiento dentro de las personas que le rodean.

Los aspectos positivos ayudarán a que el camino sea sencillo y se convierta en lo ya mencionado. No sólo eso, sino que comprenderá su misión y tendrá al abasto todas las herramientas para cumplir con su trabajo. Por el contrario, los malos aspectos dificultarán el camino y encontrará obstáculos constantemente, aunque esos obstáculos serán los que le mostrarán su destino.

Tercer decanato

Si tenemos el Sol en Leo, estos serán los nativos nacidos, aproximadamente, del 13 al 23 de agosto. Este decanato está regido por Júpiter, regente de Sagitario.

La fuerza predominante del tercer decanato será sabiduría y amor junto a la inteligencia exteriorizadora tan característica de los sagitarianos. Los leonianos de este decanato llegan al mundo para despertar la esperanza en sus allegados y, de alguna manera, difundir la fraternidad. Son personas impacientes que necesitan hablar y exteriorizar constantemente sus pensamientos y emociones. Por lo tanto, serán el maestro, algo muy arraigado al signo de Leo, aquel que siempre crea grupos o tiene cientos de personas detrás.

En este decanato, el leoniano interioriza la semilla recibida en Aries y, a diferencia de los decanatos anteriores, en esta etapa sí es consciente, aunque mínimamente, del mensaje que debe compartir con los demás. Lo gestado, lo comprendido, debe exteriorizarse y compartirse. Por esta razón, el leoniano comparte su felicidad y muestra a los otros que la felicidad está al alcance de todos, así como el amor. No obstante, lo expresa de manera anticipada, porque la exteriorización no forma parte de este signo sino del siguiente, y la difusión de la palabra no le será cómoda aunque sienta que es su deber. Es probable que otros sí consigan llegar al público, algo que a él o ella le costará, y eso provoque, dependiendo de su nivel evolutivo, tristeza o recelo.

Los leonianos del tercer decanato guardan un gran poder en la palabra, que será creadora, y la influencia sagitariana dará ese aire profético a lo que dicen (el signo de Sagitario suele ser muy profético). Por lo tanto, deberá medir sus palabras y usarlas con precaución. Es importante señalar que este leoniano no está preparado para dictar el futuro de nada, ya que la exteriorización de esas palabras es prematura, pero sí puede alentar a las personas adecuadas a crear ese futuro a través de la fe. Este leoniano da fe a los demás y es capaz de abrir caminos y orientar a la gente que lo necesite porque son maestros.

Esto ocurrirá si tiene un nivel evolutivo alto. Si por el contrario tiene un nivel normal, será la persona que difunda doctrinas religiosas o filosóficas que se alineen con lo gestado en su interior. Esto puede ocurrir a nivel personal o uniéndose a grupos relacionados con dicha doctrina y predicar con ellos.

Los aspectos positivos sobre el decanato ayudarán a que su misión se lleve con éxito y su sabiduría y amor llegará a las personas adecuadas. Será una persona generosa y disfrutará sacrificándose por los demás, ya que se sentirá útil.

A diferencia de estos, los malos aspectos anuncian que la misión se hará en malas condiciones y su vida puede verse repleta de dramas. La fe del leoniano mal aspectado sólo llegará a las sociedades conflictivas y, si tiene muchos planetas mal aspectados, incluso puede luchar por la destrucción de la fe y despertar el odio en los demás. El leoniano mal aspectado es el fanático o quién en nombre de la religión planta un pensamiento inquisidor en la sociedad. El honor estará siempre por encima de la vida humana.

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