Os recomiendo echar un vistazo a una pequeña introducción sobre la Luna.
Antes de empezar a hablar sobre la Luna en Cáncer, tendremos en cuenta en qué posicionamientos astrológicos, así como otros elementos, puede aparecer dicha Luna:
Las Lunas en signos de agua tienen un mundo interno al que muy poca gente, por no decir nadie, podrá entrar. No es un signo de soledad, ya que muchos de ellos no sienten que ese mundo interior les aporte soledad, sino un refugio donde pueden sentir las emociones libremente y refugiarse del mundo exterior cuando lo necesitan. La idea de que alguien pueda entrar ahí les aterra.Si no cuentan con una carta repleta de Fuego y Aire (aunque Acuario puede ser una excepción), la persona con una Luna de agua será alguien introvertido emocionalmente. La seguridad para estas Lunas está en la interioridad, por eso no quieren mostrar su mundo interior, y exteriorizar las emociones es peligroso si no se hace con alguien que comparta esa misma intensidad. Como no van a ser entendidos, prefieren no mostrar su interior.
El mundo interior, las emociones y el impacto de las vivencias son algo muy privado que las Lunas tratarán de manera diferente dependiendo del signo. Por ejemplo, una Luna en Escorpio es mucho más agresiva en su defensa, mientras que una Luna en Cáncer también lo siente como privado porque ese mundo interior solo le pertenece a él o ella.
La madre, en general, estará presente y será cariñosa, muy protectora sin llegar a ser demandante o asfixiante (aunque dependerá de la Casa y los aspectos, ya que una Luna en Cáncer en Casa 8 sí puede anunciar una madre o una figura materna asfixiante). La presencia de la madre se combina con la presencia de la familia, donde estará muy marcado el lugar del nativo dentro de la familia y la tradición de ésta. El nativo, como todos sus familiares, pertenece a una historia (por ejemplo, se puede tener muy presente de dónde viene la abuela o las raíces de la familia, el lugar donde pertenecen y las tradiciones de ese lugar seguir vivas en el presente) y, probablemente, tenga los mismos anhelos y límites que muchos de ellos. La familia, sea buena o mala, será el elemento de identificación para la Luna en Cáncer.
La figura del padre puede ser débil a los ojos del nativo, ya que no es tan fuerte como para romper el vínculo que comparte con la madre. Esta desconexión con la madre empuja al nativo a buscar ese afecto incondicional en otros lados, pero siempre terminará desilusionándose haciendo que la Luna en Cáncer se encierre en su mundo interior o se vuelva tarea complicada enfrentarse al mundo exterior por el costo emocional que esto le supone.
Con esta posición lunar, la abuela tendrá poder en la vida del nativo y puede inculcarle la importancia del hogar, algo así como que la casa y la familia son el único lugar donde sentirse protegido. La madre también adoptará esa creencia y la transmitirá al nativo desde el embarazo. La época más feliz para la madre de la Luna en Cáncer será el embarazo, donde se sentirá ella misma. En algunas ocasiones, si está muy marcado y tiene una presencia importante en la vida de la madre, la abuela puede vivir el embarazo como propio a pesar de no llevar al niño o niña en el vientre.
Los niños con Luna en Cáncer siempre están pegados a la madre, especialmente durante sus primeros años de vida, e irán cogidos de su mano o agarrados a ella. La separación con su madre se sentirá como el fin del mundo y pasar unos días fuera de casa puede ser un problema durante la infancia (hasta los siete años puede durar) porque no siente esa energía protectora de su madre y su familia. En esta Luna aparecen los casos de personas que, a pesar de la edad, viven atados a su madre (los famosos “niños de mamá”) y la tienen presente para todo.
Aunque el embarazo es el momento más pleno para la madre, el parto es otra historia. Éste puede conllevar complicaciones, y la sensación de peligro aparecerá en el momento en que el entorno del embarazo desaparece: el nacimiento. Incluso los nativos con esta Luna pueden sentir peligrar su protección cuando aparecen otros hermanos porque la aparición de un segundo o tercer hijo implica el alejamiento de la madre. Sin embargo, esto no ocurrirá porque la madre “asfixiará” a ese niño con Luna en Cáncer aunque aparezcan otros hermanos. Son esas madres que tienen un hijo predilecto y se les nota a la legua.
La energía canceriana entre madre e hijo puede crear una fuerte dependencia del hijo a la madre. La madre, la figura materna o la familia brindan afecto y cariño. Que lo acompañen, le den cariño, le quieran, lo abracen y pasen tiempo con él o ella aporta seguridad al nativo. La Luna en Cáncer, si no hay malos aspectos que la acompañen, será una luna que augure una base afectiva sólida durante la infancia. La problemática de esta Luna es encontrar el afecto de la madre en los demás y, al no encontrarlo y convertirlo en una necesidad, creará relaciones de dependencia donde él o ella pasará a ser vulnerable y necesitado de afecto, pertenencia y protección constante. En otros casos, el nativo puede aislarse del mundo exterior al no encontrar lo que necesita y conformarse con su mundo interior.
Esto puede llevarlo a quedar encerrado en sí mismo porque permitir que alguien vea lo que realmente ocurre en su interior es incomprensible para la Luna en Cáncer (y cualquier Luna en agua). Puede llevarle años dejar que alguien, a pesar de tener una relación de mucho tiempo, se adentre en ese mundo interior y comprenda su naturaleza.
Estas personas, especialmente las Luna en Cáncer, son ellos mismos con la familia o con personas con las que se sientan protegidos y queridos (a un nivel intenso, por supuesto). Porque, al final, esta Luna busca protección y que alguien le entienda sin mediar palabra.
Esto último ocurre porque la Luna en Cáncer no ha necesitado verbalizar sus necesidades a su madre. Ella siempre las ha sabido sin hablar, como una intuición, y probablemente cree que su identidad se reduce a la idea que su madre tiene de él o ella. En el futuro creerán que la gente los conoce cuando, en realidad, la gente hace suposiciones sobre ellos y las creen como verdaderas. Además, se añade el problema de no querer mostrar su mundo interior a nadie y, en consecuencia, sus emociones. Porque mostrar su interior es exponerse, abrirse a los demás, y ese estado de vulnerabilidad no están preparados para compartirlo.
Uno de los deberes de esta persona es conocerse a sí mismo y descubrir que no es lo que dice su madre o su familia, ya que él o ella no son su familia o su madre. Por otro lado, entender que esa desprotección que sentía cuando se despegaba de su madre o su familia no es más que una ilusión creada por esa dependencia a su progenitora. Deben dejar de negar el mundo exterior y crear relaciones objetivas con las personas.
La Luna en Cáncer afectiviza demasiado y, además, en lugares o con personas inapropiadas. Por ejemplo, ver a su profesora como una segunda madre o a su jefe como una figura paterna. Por eso, cuando esas personas actúen dentro de los parámetros de la relación que tienen, académicos y laborales siguiendo los ejemplos, la Luna en Cáncer se sentirá decepcionada por no encontrar ese lazo afectivo. Es como vivir en una fantasía, donde todos somos familia, y no en el mundo real. En realidad, dan demasiado y se desilusionan al no recibir lo mismo que han entregado a nivel sentimental y/o emocional porque esperan que todos actúen con la misma intensidad afectiva.
La madre puede ser amenazante en la adultez, ya que la sobreprotección tiende a desaparecer lentamente con la independencia del niño que pasa a ser adulto. Dicha sobreprotección puede darse en forma de sobrealimentación, estar demasiado pendiente del hijo o convertirse en alguien extremadamente emocional (y caer en la manipulación). Estos cambios influyen negativamente en el adulto con Luna en Cáncer, que siente que la presencia de su madre no le deja crecer. Estos nativos deben trabajar su independencia y alejarse de la madre, que puede convertirse en devoradora y atarse a ellos, y no repetir los mismos patrones con sus hijos.
Para algunos Luna en Cáncer tener hijos es complicado porque comprenden la realidad del vínculo materno. El hecho de ser padre o madre implica responsabilidades y enfrentarse a la realidad del mundo exterior. Y es usual que la llegada de un hijo a la vida del nativo cree situaciones de tensión o crisis que, al final, le aportarán ese punto de realidad y lo empujarán hacia sus talentos lunares. No obstante, este posicionamiento da cierto amor por los infantes y tienen una relación especial con los niños o el mundo infantil.
Algunas de las personas con esta Luna suelen tener mucho miedo de abandonar el hogar y pueden protegerse comiendo en exceso y terminar engordando, ya que la grasa que se crea aísla al cuerpo del exterior. Recordemos que el cuerpo es una jaula, un cofre que protege y encierra al alma del mundo exterior. Sin embargo, es una Luna que da mucha movilidad y el nativo puede vivir diferentes mudanzas a lo largo de su vida.
La persona con Luna en Cáncer puede crear una familia muy amplia, aunque no siempre, y las figuras femeninas tendrán mucho poder tanto en su familia natal como en la propia. Cualquier mudanza puede ser traumática y una ruptura familiar es sinónimo de destrucción. De esta manera, el nativo, especialmente las mujeres, se vuelven dominantes en su propia familia, aquella que hayan creado fuera del hogar natal. Pero esta dominación no es sólo en su casa, sino en general al ser personas con una intensidad importante, incluso en el ámbito sexual.
Otro detalle importante es la susceptibilidad de esta Luna y los cambios de humor que pueden vivir. A pesar de negarlo, estas personas son tremendamente sensibles a los comentarios de los demás y pueden estar dándole vueltas a una palabra o una frase durante mucho tiempo. Es fundamental que aprendan a no tomarse todo a lo personal.
Un hombre con Luna en Cáncer sentirá que las mujeres tienen gran poder sobre él y puede tener muchas más conocidas o amigas mujeres que hombres a lo largo de su vida. Por otro lado, las mujeres con esta posición suelen preferir estar rodeadas de mujeres y crear vínculos de cuidad mutuo. Sin embargo, sí es verdad que pueden sentir cierta competencia entre ellas en algunas situaciones. Si no hay un malos aspectos y dependiendo de cómo esté aspectada la Casa 5, una Luna en Cáncer augura fertilidad o problemas uterinos en las mujeres. En los hombres, en cambio, manifiestan problemas estomacales.
Son personas con gran memoria, capacidad imaginativa y talento artístico. Ese arte y esa memoria siempre estarán ligadas a la melancolía, ya que Cáncer es un signo en que el pasado está muy presente.
A nivel laboral, si la Luna tiene una posición destacada, pueden tener mucha relación con el público femenino e infantil/juvenil.
Son almas con capacidad de cuidar, nutrir y proteger emocionalmente a los demás, y pueden comprender al otro sin asfixiarlo al haberlo vivido de su madre. A veces no necesitan el uso de palabras, sino que su sola presencia es curativa. Una Luna en Cáncer sentirá como natural el responder a las necesidades emocionales de sus allegados y serán capaces de crear un clima adecuado para brindar esa calma cuando sea necesario. Son las personas ideales para acompañar y dar paz, y saben crear grupos donde las personas se sienten integradas aunque sean diferentes las unas de las otras.
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