En el Ascendente y la Casa que comparta aspectos con éste encontraremos esos hábitos o actitudes heredadas de una vida pasada. Por lo tanto, podemos decir que el Ascendente no es más que una personalidad heredada que, por ende, obedece a una misión de vida anterior y que, al encontrarnos en una nueva vida, se exterioriza como nuestra personalidad.
Lo que se denomina Ascendente ("Yo soy") es la puerta por la que se manifiesta la personalidad, el carácter. Por lo tanto, si tú tienes un Sol en Escorpio y un Ascendente en Aries, tu personalidad se manifestará a través de los atributos de Aries. Y así con todos los signos. El carácter será bueno o no dependiendo de los aspectos que forme con los otros planetas, especialmente con los personales, y esos aspectos serán cosas que el individuo debería trabajar durante toda su vida.
Es muy probable que el individuo encuentre más fácil sentirse identificado con su Sol o su Luna, especialmente con la Luna durante la infancia y juventud, que con el Ascendente. Sin embargo, en algunos casos, el Ascendente puede llevarnos a vivir situaciones relacionadas con su signo y personas con sus características.
La persona con Ascendente en Aries, por ejemplo, irradiará energía ariana allá donde vaya, pero esa energía no ocurre fuera de él o ella, sino que está en su interior y es él o ella quien interactúa y experimenta con ésta. La persona se sentirá atraída por personas con su mismo Ascendente o compatibles y aparecerán en su vida a través de situaciones relacionadas con ese Ascendente en Aries.
Por lo tanto, es fundamental que el individuo se identifique con su Ascendente y comprenda que es él o ella quién transmite y atrae esa energía. De esta manera, y recuperando lo dicho al principio de la entrada, la persona entiende que es una personalidad heredada y puede redirigir la energía del Ascendente hacia el mismo camino que la del Sol y, de esta manera, ambos irán hacia el mismo objetivo.
Si no se consigue esa comprensión, el Ascendente continuará dirigido hacia la misión de una vida anterior y que no nos sirve para nada, mientras nuestro Sol nos empuja a la misión que debemos llevar a cabo en la actual. Por esta razón, nuestro Sol quiere someter al Ascendente y conseguir que éste siga ese nuevo programa almico. En definitiva, que nuestra personalidad (Ascendente) y nuestra conciencia (Sol) sean la misma.
El Ascendente también marcará cómo me enfrentaré a todas las experiencias de mi vida, ya que es éste el que marca la rueda astrológica de cada individuo. No será lo mismo tener un Ascendente en Escorpio que uno en Sagitario, ya que mi personalidad no será la misma, pero tampoco lo será mi manera de comunicarme o mi identidad laboral.
Para entender en totalidad nuestro Ascendente, debemos comprender el arquetipo del signo que se manifiesta a través de éste. Por ejemplo, si tengo un Ascendente en Aries, yo materializaré a través de Tauro (en Casa 2), me comunicaré como un Géminis (Casa 3), habré vivido una infancia y en un hogar con gran influencia canceriana (Casa 4), y así con todas los otros sectores de mi carta.
Otro punto importante para concebir nuestro Ascendente será estudiar con detenimiento nuestra Casa 7 y nuestra Casa 12.
La primera complementa a nuestra Casa 1 y, como algunos astrólogos indican, la Casa 7 representa ese lado de nosotros que menos nos gusta o nos cuesta aceptar como propio. El signo en dicha Casa 7 puede ayudarnos a conocer esos aspectos de nosotros mismos que no hubiéramos sabido de nosotros mismos, ya sea para bien o para mal.
La segunda es la anterior a la Casa 1 y puede, además, ayudarnos a entender a nuestro inconsciente, la parte más profunda de nosotros. Aquello que "no se ve" representado por nuestras emociones, así como las pruebas emocionales que nos ayudarán a aceptar o seguir construyendo nuestra personalidad.
Los buenos o malos aspectos entre estos anunciarán la dificultad para realizar lo mencionado anteriormente:
- Una cuadratura u oposición (aspectos negativos) indican que la misión de esta vida es muy distinta a la de la vida anterior. Los hábitos heredados serán contrarios a lo que la persona debe conseguir en esta vida. La conciencia y la personalidad del individuo se enfrentarán constantemente.
- Los buenos aspectos (trígono, sextil o semisextil) indican que la misión de esta vida es la continuación de lo hecho en la anterior. Los hábitos heredados serán indicados para llevar a cabo la misión almica de esta vida. La personalidad y la conciencia se amoldarán la una a la otra, y la personalidad será fiel al Ego Superior.
Si la persona consiguió que la conciencia y la personalidad vayan por el mismo camino, entonces nacerá con un Sol y un Ascendente en el mismo signo. La personalidad actuará de acuerdo a lo establecido por el Ego Superior.
Rescatando lo dicho sobre el Ascendente (o Casa 1) en esta entrada, el Ascendente nos hablará sobre nuestra personalidad, nuestro carácter, pero también sobre nuestro físico: la estructura de nuestro cuerpo y nuestra genética. No debemos quedarnos ahí, ya que el Ascendente representa mucho más: cómo nos ven los demás (el mundo) y la primera impresión que damos, así como las herramientas que tenemos en esta vida para cumplir con nuestro programa solar.
Por último, es importante señalar que nuestro Ascendente padecerá cambios a causa de tránsitos y las revoluciones solares que enfrentemos anualmente. Pero esto es algo que tocaremos cuando hablemos sobre tránsitos y revoluciones solares.
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